ÉTICA EN LA EPIDEMIOLOGÍA
Los principios éticos se adoptaron en salud pública especialmente
para proteger a los seres humanos incluidos en investigaciones, no para la
práctica habitual de la salud pública. Las actividades habituales de vigilancia
epidemiológica, incluyendo el estudio y control de brotes epidémicos y de
personas que hayan podido tener contacto, las medidas de salud pública tomadas
en el caso de emergencias y situaciones de catástrofe o la recogida sistemática
de información personal en registros de enfermedades legalmente establecidos,
se pueden considerar dentro del campo de la práctica de la epidemiología y no
requerirían cumplir condiciones éticas especiales (claramente se requiere
pertinencia, objetividad, confidencialidad, honestidad, etc, en la recogida,
análisis y difusión de la información).
Esta práctica de la epidemiología tiene
como característica fundamental la de servir para monitorizar y mejorar el
estado de salud de grupos concretos de población (comunidades, estados, etc.) y
se diferenciaría de la investigación epidemiológica en que esta última tiene
como objetivo la adquisición de conocimiento generalizable, pero de limitada
utilidad directa e inmediata para el grupo humano sobre el que se ha llevado a
cabo la investigación.
Fuente:
Tormo, M. J., Dal-Ré, R., & Pérez, G. (1998). Ética
e investigación epidemiológica: principios, aplicaciones y casos prácticos.
Murcia: Sociedad Española de Epidemiología.
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